¿Qué es una dieta sana?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) se ocupa de estudiar constantemente cuáles son los requisitos necesarios para considerar que la dieta es sana. En tal sentido, establece que una dieta sana se la define como aquella que proporciona al organismo los nutrientes necesarios para su funcionamiento adecuado.
En consecuencia, en el adulto, una dieta sana implica la prevención de enfermedades no transmisibles como la diabetes, obesidad, enfermedades cardiovasculares, etc. Asimismo, para determinar cuál será la cantidad equilibrada de alimentos a ingerir es necesario tener en cuenta muchos factores. Algunos de los determinantes del tipo de la proporción de alimentos a incluir en la dieta son el sexo, la edad, la actividad física diaria, hábitos de descanso, patologías preexistentes, alimentos disponibles en el lugar, cultura, etc.
5 dietas indicadas por los nutricionistas
El adquirir un estilo de vida saludable implica acompañar una dieta sana con el equilibro de la actividad física. En realidad, no implica grandes esfuerzos, sino cambios en los hábitos alimentarios y combatir el sedentarismo, al menos incluyendo una caminata de 30 minutos diarios.
Los nutricionistas recomiendan diferentes combinaciones de dietas para bajar de peso, previniendo el sobrepeso y la obesidad. Entre las más recomendadas se encuentran las siguientes:
1. Método Evolution:
Se trata de un plan alimentario que ayuda a la pérdida de 5 kgrs. de grasa mensuales. El objetivo es que ésta sea utilizada como recurso generador de energía. Para llevar a cabo esta dieta se requiere la ingesta de alimentos de reducido contenido de azúcares, cantidades equilibradas de proteínas, incorporación de grasas saludables, y alimentos de alto contenido de nutrientes. Con ello se logra la estabilidad de la glucemia, proporcionar energía y vitalidad, producir saciedad, fortalecer los músculos, equilibrar el sistema hormonal, y evitar la desnutrición.
2. Realfooding:
En este caso, lo que se pretende es eliminar los alimentos preprocesados, e incorporando productos naturales. El objetivo de este plan alimentario es la reducción de 0.5 a 1 kilogramo semanal. El profesional separa los alimentos en tres grupos. En el primero, se incluyen frutas, legumbres, verduras, pescados, huevos, hortalizas. Mientras que el segundo incorpora leche UHT, aceite de oliva, pan integral, pescados enlatados. Finalmente, el tercero corresponde a lácteos con contenido de azúcar agregada, snacks, panes, pastas, etc.
3. Dieta Volumétrica:
Al igual que la anterior, permite la pérdida entre 0.5 a 1 kilogramo semanal. Se caracteriza por garantizar la sensación de saciedad, además de conservar el equilibrio nutricional recomendado diario. Los alimentos incluidos en esta dieta son las infusiones, cereales, frutas, hortalizas, guisos, sopas. Reemplazo de alimentos como mayonesas, embutidos, crema, lácteos enteros por carnes magras, pollos sin piel, aderezos sin calorías, lácteos descremados, etc. Por otra parte, se elimina el consumo de alimentos ricos en carbohidratos, como las papas, pastas, pan blanco, arroz blanco, etc. Finalmente, la hidratación recomendada es la ingesta de dos vasos de agua al levantarse, y completar durante el día con tres litros de líquidos (agua, jugos naturales, etc.)
4. Vegana:
La dieta vegana facilita la pérdida de 2 a 3 kilogramos semanales. Fundamenta el plan alimentario en la exclusión de todo tipo de carnes, huevos, mariscos, y cualquiera de sus derivados. En este caso resulta necesario el acompañamiento profesional constante a fin de que se equilibren en forma adecuada los nutrientes que el organismo necesita.
5. Ayuno intermitente:
En este caso, el plan alimentario consiste en introducir ayunos de 12 o más horas diarias. De este modo lo que se pretende es la pérdida de 1 o 2 kilogramos semanales, mediante la optimización del metabolismo de la grasa que se encuentra alojada en los músculos y otras partes del cuerpo.
Este tipo de dieta debe ser seguida por ayuda profesional para garantizar que no se produzca pérdidas de la masa muscular o se exponga el organismo a desnutrición, u otros desequilibrios.
A pesar que existen numerosos informes respecto de las ventajas y desventajas de este tipo de dietas, así como la forma de implementarlas, en todos los casos es necesaria la estricta vigilancia médica.
En un principio, el diagnóstico médico de la situación previa al inicio de cualquier dieta permite establecer los indicadores a verificar durante todo el proceso. Por ejemplo, es importante conocer el peso inicial, los valores de la glucemia, colesterol, transaminasas, GOT, GPT, FAL, Uricemia, Triglicéridos, Hematocrito, Plaquetas, etc. El conocimiento profundo de los antecedentes clínicos será determinante del tipo de dieta sugerido por el profesional.
El monitoreo continuo permitirá estudiar la evolución del paciente, como así también, tomar las medidas correctivas que sean necesarias. A veces no todas las dietas son aconsejables para cualquier paciente, debiendo ajustar las necesidades nutricionales a cada uno de ellos en forma particular para garantizar la buena salud