¿Qué es la dietoterapia?
La dietoterapia es un tipo de metodología que se fundamenta en la dieta, teniendo por objetivo la prevención de enfermedades o su tratamiento. La buena alimentación resulta de especial relevancia para llevar una vida saludable. Su impacto no sólo se manifiesta en patologías en particular, sino que previene la acumulación de grasa innecesaria, alteraciones en la piel, cansancio y agotamiento, obstrucción de las arterias, insuficiencia renal, etc.
Por otra parte, la Organización Panamericana de la Salud (PHO) define a la dieta desde dos puntos de vista. Por un lado, se define a la dietología como la ciencia que se ocupa de la observancia de que la alimentación reúna los requisitos necesarios para que sea equilibrada y saludable. Mientras que, la dietoterapia es la que se concentra en el régimen alimenticio que deben seguir aquellos pacientes que sufren alguna enfermedad.
Asimismo, la dietoterapia reúne determinadas características que deben informarse a los pacientes para garantizar el éxito de su aplicación:
1- Cada plan alimentario debe ser único para cada paciente, considerando el estado clínico de éste desde el inicio hasta el final del tratamiento.
2- La implementación y seguimiento de la dieta debe ser prescripta por un profesional especialista.
3- Cualquier cambio o modificación en el programa alimentario sugerido debe ser prudente, y adecuado al paciente, previos análisis y estudios clínicos que determinen cuál es su evolución.
4- Pueden ser aplicadas a pacientes de todas las edades.
Tipos de dietoterapia
Debido a la naturaleza de la dietoterapia, se la puede clasificar de la siguiente manera:
1- Esenciales:
Se llaman así aquellas dietas que son la base fundamental del tratamiento para una determinada patología. Algunos ejemplos de su aplicación son los casos de diabetes mellitus, intolerancia al gluten o a la lactosa, insuficiencias renales, etc.
2- Profilácticas:
Son aquellas que se ocupan de contribuir para que no se manifieste una enfermedad determinada. Algunos ejemplos de este tipo de dietas son las bajas en colesterol, las destinadas a prevenir la obesidad, bajas en sodio, etc.
3- Paliativas:
Son las dietas que contribuyen a la curación o reducción de los efectos de una determinada patología. Por ejemplo, el tratamiento de la úlcera péptica,
diverticulitis, alergia alimentaria, fracturas de las mandíbulas, quemaduras graves, etc.
Por otra parte, se pueden agrupar de la siguiente manera:
1- Textura:
En algunos casos se puede requerir que el alimento sea líquido o blando.
2- Frecuencia: En este caso se pueden proporcionar alimentos en forma continua o discontinua.
3- Cuantitativa:
Según el contenido de los elementos que se pretenden reforzar en el organismo, podrán ser: hiposódica, hipoenergética, hipoprotéica, hipolilpidica, rica en fibras, etc.
4- Cualitativas:
En este caso podrán ser libres de gluten o libres de galactosa.
En todos los casos se pueden presentar en el paciente varias patologías a tratar al mismo tiempo. Es por ello que es necesario el trabajo interdisciplinario previo, con un buen examen clínico para poder conocer el estado del paciente antes de comenzar el tratamiento, y así determinar la evolución del cuadro. En este sentido, se pueden combinar las tipologías de dietas mencionadas para lograr resultados más efectivos.
El facultativo evaluará cuál es la mejor manera y el momento de implementar las dietas, las suspensiones, modificaciones y el final del tratamiento fundando su decisión en los estudios de laboratorio y el cuadro clínico general, cotejando los resultados con los obtenidos antes de iniciar la dieta.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), determinada que los estudios mínimos requeridos para evaluar la aplicación de tratamientos con dietoterapia deben comprender análisis bioquímicos, antropométricos, clínicos, encuestas, pesquisas y vigilancia, edad, sexo, antecedentes genéticos, etc.
Beneficios de la dietoterapia
Dadas las características de la alimentación bajo los criterios de la dietoterapia, se observan muchos beneficios, por ejemplo:
1- Mejora la actividad física y mental de los pacientes, preservando altos niveles de energía para la realización de su actividad cotidiana.
2- Control del peso de los pacientes que padecen trastornos alimentarios, como así también equilibrio de las reservas energéticas del organismo.
3- Mejor tolerancia de los efectos adversos a través de la ingesta de una dieta equilibrada y saludable, rica en aquellos elementos que específicamente necesita el organismo en ese momento.
4- Reducción de las posibilidades de infecciones.
5- Mejora en los tiempos de recuperación de las enfermedades e intervenciones quirúrgicas.
6- Contribuye a lograr un buen rendimiento en el caso de los entrenamientos intensivos de los deportistas.
7- Mejora la calidad de vida de los pacientes, construyendo hábitos de alimentación saludable a largo plazo.
8- Para lograr la mejor efectividad del tratamiento deben complementarse con hábitos de vida saludables, evitando el consumo de alcohol, tabaco, estupefacientes, etc., así como actividad física diaria.