Dolor: Todo lo que tienes que saber

* ¿Qué es el dolor?

La Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (Puebla Díaz, F., 2005), considera que existe “dolor” cuando se manifiesta una situación sensorial y emotiva desagradable. Ésta puede estar relacionada a lesiones reales o no. Por otra parte, se dice que es factible su percepción a partir del sistema nervioso como consecuencia de estímulos psicológicos o físicos.

* Tipos de dolor

En el tratamiento del dolor es necesario determinar a qué grupo pertenece. En función de ello se podrá decidir cuál será la solución que más se adapte. Algunas clasificaciones son (Puebla Díaz, 2005):

  • Duración

Considerando el tiempo durante el que se padece la situación de dolor, se lo clasifica en agudo y crónico. El primero, tiene un ínfimo componente psicológico y es de duración limitada. Mientras que, el segundo, es más bien de carácter psicológico y ocurre en un plazo ilimitado de tiempo.

  • Patología

A veces depende del tipo de noxa que lo origine. En cuyo caso se clasifica en neuropático, nocioceptivo y psicogénico. El primero se origina en el sistema nervioso. El segundo es más frecuente y sus causas son viscerales. El último, tiene un elevado contenido de tipo psicosocial.

  • Ubicación

En este caso se puede decir que el dolor será visceral o somático. Depende si proviene o no de la excitación anormal del sistema nervioso periférico. Un ejemplo del segundo caso son los cólicos.

* Algunos datos importantes

En el trascurso de la vida de los seres humanos, en numerosas ocasiones se padece el dolor. Según el momento y las características de cada persona, será diferente el comportamiento que se asume. Existen algunos datos importantes o curiosos que permiten conocer más en profundidad sus características. Por ejemplo:

  • Dolor como protección

En este sentido se lo considera parte integrante de las defensas del cuerpo humano. El sistema nervioso central y periférico detectan la presencia de alguna potencial amenaza. Acto seguido, será necesario determinar la magnitud del problema y actuar en consecuencia. No en todas las ocasiones es necesario la medicación con analgésicos. Primero se deben determinar correctamente el origen.

  • Dolor como lectura del cerebro

En este caso se lo considera una reacción que ocurre en una parte del sistema nervioso central. Es decir, en el cerebro. No es posible tocarlo ni medirlo, pero esta parte del cuerpo advierte la presencia de una amenaza. Las reacciones ante la misma situación son muy dispares dependiendo de cada persona en particular.

  • A veces la lesión no produce dolor

El cerebro ordena todos los procesos del organismo. Es por esta causa que no siempre se percibe la sensación del dolor al instante. Por ejemplo, cuando se manifiesta luego de haber finalizado algún evento. Así como aparece, puede fácilmente desaparecer.

  • A veces hay errores

No en todos los casos el cerebro percibe la causa del dolor en el lugar en el que ocurre. Por ejemplo, la sensación que se presenta en el nervio ciático, trasladando a los miembros inferiores algo que ocurre en la columna vertebral.

  • Es fuente de mayor dolor

Las situaciones de stress pueden ocasionar sensaciones de dolor que lo aumentan con la mera asociación. Es decir, puedo sentir más dolor con el mero hecho de pensar que debo realizar tal o cual actividad.

  • Placer

El cerebro libera endorfinas que pueden producir sensaciones de placer ante una situación de dolor. El sistema límbico es el responsable de las situaciones alegres o el llanto.

* ¿Cómo tratar el dolor?

La Organización Mundial de la Salud establece cuáles son los parámetros que deben observarse para decidir el tratamiento más adecuado. Para ello se han elaborado unas guías que pueden ayudar a los profesionales en la decisión. En este aspecto se debe considerar que la magnitud del dolor es subjetiva. Por lo tanto, su valoración también lo será.

En este sentido, el organismo considera prudente el inicio de los tratamientos con analgésicos no opioides. Por ejemplo, el paracetamol y los AINE (antiinflamatorio no esteroide). En este último caso, los más comunes son el Ibuprofeno, ketorolaco y el ácido acetilsalicílico.

Cuando las sensaciones de dolor no cesan, o el profesional tratante detecta causas importantes se escala en el tratamiento sugerido. En este punto, se puede optar por diferentes grados de potencia. En el comienzo, una alternativa suave es la codeína. También se pueden utilizar la oxicodona, fentanilo, hidromorfa, morfina, etc.

Todas las opciones incluyen tratamientos orales e inyectables, cuya selección dependerá de la velocidad con la que se quiera tratar. La complejidad de la selección del más adecuado implica que el paciente acuda al médico, observando estrictamente sus instrucciones.

En cada caso particular, los profesionales ponderan las relaciones de costo – beneficio de cada tratamiento sugerido. El consumo de los analgésicos y sus limitaciones requieren siempre de la intervención médica de control.

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